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miércoles, 12 de mayo de 2010

Patafísicos somos todos

Hoy en La Voz del Interior

Rafael Cippolini presenta mañana el libro ‘Patafísica, un volumen dedicado a la “ciencia de las soluciones imaginarias”. Por Demián Orosz


La furiosa diversidad de sus miembros y el abanico de ideologías que conviven en su interior alimentan (entre otras cosas) la fascinación que Rafael Cippolini siente por la ‘Patafísica. El progenitor del término fue el francés Alfred Jarry, con la obra Ubú Rey y, sobre todo, con Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, patafísico. Pero esta “ciencia de las ciencias”, como la conciben sus adeptos, existe desde mucho antes. Desde siempre, en verdad. Es más, el universo conocido (y el desconocido) es patafísico.

La ‘Patafísica (así, con apóstrofe) germinó de muchas maneras y soporta varias definiciones. Un método, un rito, un arte de la existencia. Quizá nadie discutiría lo siguiente: es la “ciencia de las soluciones imaginarias” y las leyes que rigen las excepciones. Posee un calendario propio (en patafísico hoy es: 23 de Palotin de 137 EP), instituciones y sus correspondientes dignidades. Cippolini es Regente de Historiografía y Deambulaciones Pataporteñas del Colegio de ‘Patafísica, y en el Instituto porteño es Admirable Nababo.

El año pasado contribuyó decididamente al “desocultamiento” de textos y saberes con ‘Patafísica. Epítomes, recetas, instrumentos y Lecciones de aparto (Caja Negra), un volumen que incluye escritos de Jarry, Valéry, Roussel, Eric Satie, René Daumal, Julien Torma, documentos sobre el muy galo Colegio de ‘Patafísica y la pata argentina de esta excéntrica maravilla. El curador y ensayista vendrá a presentar el libro este jueves a las 19.30, en el Centro España Córdoba.

–¿Cuándo te interesaste en la ‘Patafísica?
–Consignemos dos momentos. Primero, la temprana lectura (tenía entonces 13 ó 14 años) de un ensayo sobre la materia de Jaime Rest que por alguna razón me dejó bastante perturbado (recordemos que fue un insigne patafísico porteño, y que dedicó su traducción del libro de relatos de John Lennon “a Juan Esteban Fassio y los miembros argentinos del Colegio de ‘Patafísica”). Segundo, la tarde en que conocí a mi maestra Eva García. Fue en su residencia náutica de la calle Reconquista. Simplemente se me acercó, me olió y me dijo: “el pensamiento es una mierdra”. En ese mismo momento sentí que el virus ya estaba inoculado en mí.

–¿Cómo te hiciste miembro, y qué requisitos cumpliste para integrar el Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires?
–Cuando conocí a Eva el Instituto estaba aletargado, es decir, no realizaba manifestaciones externas. Después de estudiar ‘Patafísica durante un buen tiempo (la biblioteca de Eva sobre el tema era gigantesca) le propuse iniciar de inmediato el desletargamiento y comunicárselo al Colegio de ‘Patafísica. Un mes mas tarde, el Trascendente Sátrapa Fernando Arrabal estaba en Ubuenos Aires bendiciendo el renacimiento de la institución patafísica por fuera de Francia más antigua del planeta. Lo cierto es que Eva ya me había olido, no se necesitaban más requisitos.

–Da la impresión de que una vez que se entra en la ‘Patafísica ya no hay salida. ¿No es en cierto modo una concepción totalizante, como un panteísmo? Desde el punto de vista patafísico, el universo es patafísico y el que lo niegue es un patafísico pero ingenuo…
–¡Es que nunca necesitamos entrar! Si no existiéramos, también seríamos patafísicos de todos modos. Digámoslo al revés: no es que no haya salida, sino que tampoco existen entradas. Donde sí podemos ingresar es al Longevo Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires o al Colegio de ‘Patafísica. De este modo reafirmaríamos que podemos ser ingenuos en todo, menos en la Ciencia del Doctor Faustroll.


–No se deja encapsular como literatura, es una apelación a lo imaginario, tiene rituales y un lenguaje propio. ¿No son estos rasgos de otros movimientos como el surrealismo?
–En absoluto. Los surrealistas tenían en su programa cambiar el mundo. Los patafísicos no necesitamos cambiar nada. Por otra parte, la patafísica existía antes de que existiera nuestra galaxia y nuestro sistema solar. No podemos decir lo mismo de las huestes de Breton. Por último, los dominios del surrealismo son los del siglo XX. Diversamente, la ‘Patafísica está más allá y más acá del tiempo. Es cierto que muchos artistas filiados al surrealismo, como Duchamp, Max Ernst y Man Ray fueron autoridades del Colegio de ‘Patafísica. Pero también lo es Benoît Mandelbrot, tan conocido por sus trabajos sobre los fractales, y esto no significa que todos los patafísicos seamos matemáticos. Y también lo fue Baudrillard, y de hecho no somos simulacros. Al menos no todos.

–¿Se puede pensar en una lógica anticapitalista de la ‘Patafísica, pese a la inutilidad rigurosa de sus investigaciones y al hecho redimirse de la tarea de curar la Historia?
–El Colegio supo albergar en sus filas a furiosos anticapitalistas, como es el caso del Trascendente Sátrapa Enrico Baj, pero lo cierto es que por definición nos negamos a generalizar. Al fin de cuentas, el anticapitalismo es tan patafísico como el capitalismo. El Colegio de ‘Patafísica sabe albergar tanto a furibundos anarquistas como virulentos monárquicos. Las ideologías mas contrastadas son parte de su folklore interno. Particularmente, me seduce esta salvaje pluralidad.

–En tanto arte que permite a cada cual vivir como una excepción, ¿la ‘Patafísica conecta con una estética de le existencia?
–Sin duda de la ‘Patafísica puede deducirse una estética, del mismo modo en que se puede hacer algo parecido con el turf. Recuerdo que el poeta Alberto Girri recomendaba frecuentar las carreras como fórmula para mejorar nuestro gusto. La ‘Patafísica es tan estética como un cinocéfalo papión fuera de control. También como un nido de carancho.

–¿Estás llevando a cabo estudios patafísicos sobre algún tipo de objeto?
–En este mismísimo momento me encuentro cerrando un dossier sobre Macedonio Fernández y la patafísica porteña que será publicado en Francia en unos meses (se trata nada menos que de una Macedónica Aplicada). Es más, lo adelanté en el Observatorio Astronómico de Córdoba hace algunos años (el tiempo pasa muy deprisa). Pero también prosigo con mis investigaciones habituales, como el estudio de las filiaciones probables e improbables entre Orélie Antoine de Tounens, Rey de la Patagonia y Araucania y el Nahuelito, monstruo milenario que fue avistado por primera vez en el lago Nahuel Huapí hace exactamente 100 años. No puedo decir que haya obtenido conclusiones definitivas, pero sí que todo está muy bien documentado.

–“La patafísica es una recusación del positivismo, una reacción bufonesca contra la doctrina del progreso en la época”. Así la define en un artículo Christian Ferrer. ¿Estás de acuerdo?
–Digámoslo así: ni Raymond Roussel ni Alphonse Allais ni el mismísimo Jarry estarían de acuerdo con esta proclama. Por supuesto, sí Enrico Baj o Asger Jorn. Por mi parte me niego a pensar un mundo en el que no exista Atari. ¿Qué habrá querido decir con lo de “bufonesca”?

Presentación y proyección
Patafísica. Epítomes, recetas, instrumentos y Lecciones de aparato (Editorial Caja Negra, traducciones de Margarita Martínez) se presentará mañana a las 19.30 en el Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40). Estará presente el autor y se referirán a la obra Mariana Robles y Demian Orosz. Proyección: se verá el filme El zoo de Zaratustra, de Karin Idelson y Rafael Cippolini. Audición: Evatrónica Aplicada, obra de Alan Courtis.

miércoles, 21 de abril de 2010

Estética : Statement


No me interesa para nada la estética como contemplación, sino más bien como un poderoso y perverso manual de instrucciones que nos invita a utilizar el mundo de otra forma. ¡A ver qué hacemos con estos objetos!

Arte o no arte, artistas o no artistas ¿a quién le importa? La estética está en tus sentidos cuando ya no estás en la sala de exposición, cuando ya terminó la película, cuando la canción sucede sólo en tu cabeza.


La tecnología es otra oportunidad más para redireccionar estéticamente. Cualquier aparato es mi molino de viento: todos somos el Quijote.

‘Patafísica total: cualquier objeto o situación tiene su abracadabra que puede llevarte a un mundo, a otra Wonderland. Hay que ver si te animás a ir.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Serial Killer Conceptual


Azarosamente me encuentro con una revista (en formato PDF) de difusión de las actividades culturales de Reims. Como muchos saben, la ciudad es (entre tantas otras cosas) la cuna de Baudrillard y el paisaje en el cual Jarry descubrió la ‘Patafísica.
La leo distraídamente, hasta que me dejo asaltar con un párrafo que publicita las Jornadas Baudrillard. Leo:


"Estas manifestaciones saludarán al "filósofo destroy", "prophet of junk" y "serial killer conceptual", que analizó radicalmente nuestra sociedad de consumo.
Celebrarán al escritor ubuesco -próximo de Jarry-, al fotógrafo "objetor de visión", el letrista pop de la cantante japonesa Megumi Satsu, al ácido cronista del periódico Libération.
Presentarán al inspirador del cine de los hermanos Wachowski (Matrix), de los pintores simulacionistas de Nueva York (Jeff Koons, Peter Halley, o Meyer Vaisman), de coreógrafos, de creadores de moda y de músicos en cualquier parte del mundo.
De la novela cyberpunk a la música electrónica, pasando por la crítica social, la pintura o el cine, no existe un dominio de la cultura que no haya sido poderosamente irrigado por las fulgurantes intuiciones de Baudrillard."

Filósofo Destroy, Profeta Junk, Serial Killer Conceptual, Objetor de Visión.
¿Cómo podría no caerme simpático alguien que inspiró semejantes descripciones?

sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Qué es una lectura patafísica?


Feria de lecturas. Leedurías.
Sábado 28 y domingo 29 de noviembre. Auditorio y biblioteca. Entrada libre y gratuita. Hasta completar la capacidad de las salas.

Leedurías, idea del narrador oral colombiano Nicolás Buenaventura Vidal, es un recorrido por lecturas de muy diversos orígenes y formatos. Esta feria de lecturas convoca a un importante número de representantes de muy diversas disciplinas como filólogos, médicos, arquitectos, historiadores del arte, videopoetas y tarotistas entre muchos otros, a leer sus objetos de lectura predilectos. Los grandes ausentes, los libros.

PROGRAMA (Todas las actividades son de entrada libre y gratuita, hasta completar la capacidad de las salas. Las entradas se entregarán el mismo día en recepción.)

LEYENDO DE CORRIDO
de corrido. loc. adv. Con presteza y sin entorpecimientos. Diccionario de la lengua española. Real Academia Española, vigésima segunda edición)

Runas. Por Fabiana Daversa.
Sábado 28 a las 15:00. Biblioteca.
El alfabeto Rúnico, llamado Futhark, tiene más de 2.500 años y representa el saber de los pueblos del norte de Europa y en cada región tiene características particulares. Un especialista en la lectura de las runas dispone sus instrumentos de lectura para la adivinación.

Alfabetos sumerios, árabes y griegos. Por Julio Enrique Burgos, Hasan Maggi y Leandro Pinkler.
Sábado 28 a las 15:45. Biblioteca.
Un especialista en sumerio lee el poema del Gilgamesh, un especialista en árabe lee el Corán, un especialista en griego lee la Odisea.

Ciudades. Por Pio Torroja.
Sábado 28 a las 16:30. Biblioteca.
Leer la ciudad, sí, pero ¿qué leer y cómo? Si un libro es un un mundo heterogéneo encriptado en un código homogéneo de signos, la ciudad como mundo no parece presentar ningún código homogéneo de lectura. Entes, cosas, infraestructuras, personas, máquinas, grupos, instituciones, personajes. ¿Qué leer? ¿Cómo leer? ¿Leer? ¿Escuchar? ¿Dar voz? ¿Representar? ¿Una paciente construcción de unos aparatos de traducción entre entes heterogéneos? Un arquitecto nos cuenta cómo leer entes, cosas, infraestructuras, personas, máquinas, grupos, instituciones, personajes, en el marco estrecho del escenario urbano.

Radiografías. Por Ernesto Lupo.
Sábado 28 a las 17:00. Biblioteca.
Un médico pediatra lee sus radiografías clínicas favoritas.

Patafísica. Por Rafael Cippolini.
Sábado 28 a las 17:30. Biblioteca.
Una lectura patafísica es por definición una lectura excepcional, donde "excepcional" no implica en absoluto valoración sino simplemente una característica notoria de su objeto. Redundemos: una aproximación tan inútil como fuera de regla.

Cartas. Por Mariela Ocanto.
Sábado 28 a las 18:00. Biblioteca.
Una especialista en la lectura de las cartas de tarot nos introduce en la lectura de sus símbolos y su visión del recorrido del camino heroico que transitamos.

Manuscritos. Por Santiago Amigorena.
Domingo 29 a las 16:30. Biblioteca.
Los artísticos manuscritos de un escritor y director de cine radicado en Francia serán los protagonistas de una experiencia de lectura que desdibuja la frontera entre literatura y artes visuales.


PROYECCIONES
Domingo 29 a las 16:00. Biblioteca.

Animaciones
Animar significa "dar vida". Tomando esa idea como premisa, la búsqueda estética de estas animaciones no apunta al simple movimiento de imágenes estáticas sino a la creación de un universo audiovisual que transmita en forma interesante y efectiva las ideas que dispara cada uno de los relatos literarios originales. A cargo de los alumnos y alumnas la materia de Medios expresivos de la carrera de Diseño Gráfico de la FADU (UBA).

Organizado junto con CÁTEDRA GROISMAN
(Programa completo al final de esta página)

Videopoemas
En los videopoemas de la serie Lecturas de Belén Gache se interpretan las escrituras de reconocidos poetas de habla hispana. En ellos el acto de leer, con su singularidad temporal y espacial, es lo que le da sentido al texto y, a la vez, se instaura como performance.


ESPECTÁCULOS

NARRACIÓN ORAL
Historias urbanas y lejanas. La torre de mentiras y los embusteros sin fin.
Por Juan Marcial Moreno.

Sábado 28 a las 17:00. Auditorio.
Cuentos tradicionales africanos, un relato del Satiricón de Petronio y un mito boliviano forman parte de esta torre de mentiras que intentaremos destruir. ¿Y si nos quedamos solo con la verdad?... ¿Qué haremos con ella? ¿Y si nos quedamos sin cuentos, sin magia? Mentira, engaño, embuste, cuento, fábula. Ardides, artimañas, camelos, chafalonías, embelecos, engaños, tretas, frangollos, manganetas, supercherías, triquiñuelas... cuentos chinos. Leer, releer, descifrar, adivinar, interpretar... describir, suponer, representar, ejecutar... contar.


NARRACIÓN ORAL
Los cuentos del espíritu. Por Nicolás Buenaventura Vidal.

Sábado 28 a las 18:30. Auditorio.
Cuentos leídos en las arrugas del tiempo. De origen misterioso, se los recopiló en la India y circularon bajo el nombre de Vetalapañcavimmsatika (Los veinticinco cuentos del Vetala). Lo particular de estos relatos es el enigma, la perplejidad, la pregunta insólita del Vetala al final de cada relato. Según la tradición, se trata de un viaje de iniciación, de un camino. Quien lo recorre supera su condición.
Llevando el arte de la palabra a las dimensiones del espectáculo, Los cuentos del espíritu nos enfrenta hoy en día, con relatos provenientes de una tradición secreta, en una lengua "oscura".

NIÑOS
Amaranta porqué. Por Nicolás Buenaventura Vidal.

Domingo 29 a las 15:00. Auditorio.
Todas las culturas del mundo han inventado miles de historias que responden a los porqués de la vida y Amaranta necesita conocerlas, descubrirlas. Amaranta tiene mil preguntas. Quiere saber: ¿Por qué la luna está tan alta en el cielo? ¿Por qué el conejo tiene las orejas largas? ¿Por qué?, ¿por qué? y ¿por qué?… Han oído eso alguna vez, ¿verdad? Amaranta porqué es un espectáculo para niños y niñas de tres a trescientos años en el que, a través de un viaje por la tradición afrocolombiana, Nicolás Buenaventura Vidal enfrenta, con cuentos, el complicado, emocionante y en ocasiones absurdo problema de crecer.

CONSULTORIO
Historias con efectos secundarios. Por Gimena Blixen y Marcela Ganapol.

Domingo 29 a las 18:00. Auditorio.
A cada consulta le corresponde un cuento.
Dos narradoras escuchan en el auditorio del museo las consultas sobre esos asuntos que ocupan o preocupan al público presente. Los cuentos que surgen en este diálogo con el público responden o reformulan estas consultas, o simplemente las hacen moverse y transitar por otros caminos.

lunes, 28 de septiembre de 2009

'Patafísica Dossier (6)


¿Audio patafísico? Una entrevista en Radio Mitre haciendo click acá.

sábado, 26 de septiembre de 2009

'Patafísica Dossier (5)


Valeria Perasso
Especial para BBC.

El maestro explica cómo del cruce de dos imaginarios surge un vínculo que marca la singularidad objetual: la locuacidad de un recipiente hermético o la maldad desatada de una olla con tapa. Y explica, también, cómo no hay labor más loable que dedicarse a pensar sobre la inutilidad.

Bienvenidos al Curso Superior de ‘Patafísica en 4.290 segundos, en el que filósofos, artistas y curiosos (como esta cronista) investigan "El sex appeal de las soluciones imaginarias".
Esa es la propuesta de la charla y la de la ciencia que no figura en los diccionarios y se escribe así, con un apóstrofo antes de la primera letra, por puro capricho de su padre fundador.
Alfred Jarry, se llamó el hombre. Transitó las calles de París cuando el siglo XIX estaba a punto de acabarse, traje oscuro, sombrero bombín y eterna bicicleta. Antes de morir -borracho y tuberculoso- escribió una obra que la historia señalaría luego como "fundacional": "Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, ‘patafísico".


Faustroll y Jarry sedujeron a los artistas de vanguardia de la época y juntos dieron origen a uno de los movimientos filosóficos más disparatados del siglo XX: dícese de la ciencia de los estudios imaginarios. Así definió Jarry a la patafísica, y lo confirmó su criatura: Faustroll nació en 1898 con 63 años y falleció el mismo año a la misma edad y a ningún patafísico que se precie se le ocurría pensar que tal proeza temporal no es plausible.
De eso hablan los asistentes al taller en Buenos Aires, donde por estos días se organizaron las Primeras Jornadas Patafísicas Universales. Una buena ocasión para celebrar los 19.141 días de existencia del instituto patafísico porteño, el más antiguo en el mundo después del colegio madre de París.
Hablan de eso, y de la vigencia de esta filosofía alternativa que es, para muchos, una forma de vida. La de ejercitar la mirada en busca de la rareza que reside en lo cotidiano, a sabiendas de que lo extraordinario está allí, listo para ser descubierto.


La sesión de patafísica se ajusta a reglas muy precisas porque, si algo tienen los patafísicos, es que no permiten que la improvisación del mundo real se les cuele en sus ejercicios filosóficos.

Para empezar, es cronometrada: 4.290 segundos, ni uno más. Los controla atento el monitor Nicolás, reloj en mano para la cuenta regresiva. Todos estamos aquí sentados en el día 11 absoluto del año 137 de la era patafísica, a contar desde el nacimiento de Jarry. Los que se rigen por el calendario vulgar dirán que es un día casi a finales de septiembre.
Rafael Cippolini, quien descubrió a Faustroll en un libro usado de mercado callejero allá por los años ochenta y ahora devino director del Longevo Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires, desgrana objetivo y método de la patafísica: procurar entender la singularidad de las cosas.
No son pocos los que lo intentaron: nacido en 1948, este movimiento cultural tuvo socios ilustres de a montones como Joan Miró, Marcel Duchamp, Eugéne Ionesco o Jean Dubuffet. Lo citaron Los Beatles en la cara A de "Abbey Road" y Julio Cortázar en "La vuelta al día en 80 mundos" y el rockero argentino Charly García y Groucho Marx.


Pero, ¿tiene hoy alguna vigencia? Me lo pregunto hasta que Cippolini cita las noticias que leyó, precisamente, en BBC Mundo: la prohibición de levantar los brazos impuesta en un parque de diversiones para evitar el mal olor en las montañas rusas, el pánico entre los pasajeros de un avión tras hallar a bordo un cocodrilo bebé, un sendero exclusivo para caminantes nudistas que quieren hacer turismo sin más atuendo que sus mochilas.
Lo insólito, lo impensable, está en todos lados… si uno entrena el ojo patafísico para hallar lo extraordinario en lo vulgar.
¿De qué se ocupa, entonces, la "ciencia" de las excepciones? De buscar soluciones imaginarias. Que podrían servir para resolver un problema o saciar una necesidad, pero no necesitan hacerlo. Podrían, si quisieran. O no.
Imaginar, por caso, la construcción práctica de dispositivos que no van a existir. Quizás el ejemplo más claro sea el concebido por el mismo Jarry en su obra-Biblia: la máquina para descerebrar. Una cuchara de hierro con dos puntas, una afilada para rajar cráneos y otra redonda para extirpar sesos. Una herramienta que jamás empuñará un descerebrador.
Quedan menos de 1.000 segundos y los asistentes discutimos sobre qué hubiera pasado en el devenir del arte moderno si, en 1917, Marcel Duchamp hubiera exhibido un caballo embalsamado en lugar de su célebre mingitorio, elegido en 2008 como la obra artística más representativa del siglo XX.

Nota completa

jueves, 24 de septiembre de 2009

'Patafísica Dossier (4)


Publicado en Perfil (fragmento).

Hagamos un poco de historia. Para los lectores argentinos, Alfred Jarry (1873-1907), motor inicial y figura insoslayable de este movimiento, sigue siendo un autor por demás extraño. Es posible que lo sea también para lectores de cualquier lengua, pero lo cierto es que en castellano la publicación de sus novelas, relatos, informes, farsas y poemas sigue siendo absolutamente caótica. Y si bien nunca dejó de traducirse ni editarse (al fin de cuentas se trata de un clásico que sigue siendo considerado uno de los pioneros del teatro moderno), su extensa producción continúa circulando de manera infaliblemente sesgada, dispersa y parcial.

Es cierto que no pasa un solo año sin que se estrene alguna de sus piezas teatrales o se cite al horripilante Padre Ubú como arquetipo de la brutalidad y el feroz absurdo del mundo contemporáneo, y quizá por eso mismo sus obras continúan diseminando incomodidades que una y otra vez se antojan insalvables, incluso hasta irreversibles. Ahora bien, ¿se trata de una pieza de museo o de algo vivo? La vigencia de Jarry nunca dejó de ser conflictiva. Ni nuevo ni viejo, perennemente descolocado. Fuera de foco.

Pongamos por ejemplo una de sus figuras claves: el descerebramiento. La acción úbica por antonomasia. Siguiendo al Optimate Grassa Toro: “Descerebramiento” da nombre al mismo tiempo a un mes y a una fiesta del calendario patafísico. El descerebramiento y la máquina de descerebrar son una constante en la obra de Jarry. No se debe confundir la máquina de descerebrar con la guillotina, porque la sangre corre, pero los sesos saltan. La primera máquina de descerebrar era una simple cuchara de hierro, afilada por un lado (para rajar el cráneo) y redondeada por el otro (para extraer a continuación los sesos).El descerebramiento se lleva a cabo tanto en las profundidades de palacio como al aire libre de soleadas mañanas de días de fiesta, acompañamiento musical incluido.


Macho y hembra a un tiempo, la máquina de descerebrar aparece solamente una vez en la obra de Jarry como la prensa de impresor, el cual pasa a ser el descerebrador. Aquí se nos abre la puerta a todas las lecciones y las interpretaciones: la máquina de descerebrar sería la Kultur. “La máquina de descerebrar es la eflorescencia trascendente de las artes, las poesías, las ciencias e industrias del homo pataphysicus”, escribía el Doctor Sandomir en sus Prolegómenos a la edición de Visiones actuales y futuras de Alfred Jarry.

En los Minutes de Sable mémorial, Jarry abre la vía a una interpretación todavía más “simbólica” de la máquina, pues habla de la “máquina de descerebrar de nuestra memoria y de nuestro olvido”. Ahora bien, si en “solución imaginaria” hay “imaginaria”, y eso permite ver la memoria como una máquina para explorar el tiempo, hay también “solución”. Y la Ciencia de las Soluciones Imaginarias (la 'Patafísica) consiste también en “imaginar” la construcción “práctica” de dichas máquinas de explorar el tiempo o de descerebrar. La dimensión járryca se sigue debatiendo entre la ucronía y la distopía, en una suerte de devenir amorfo y descalibrado.

La piedra basal. Desde su primera publicación en el país en 1925 en las páginas de la revista Martín Fierro (fue entonces el turno del poema El baño del rey, con traducción del director de la revista, Evar Méndez), pasando por la ya legendaria edición de Ubú rey de la colección Minotauro en 1957, esta vez en la versión de Enrique Alonso y Juan Esteban Fassio (quien además fue el responsable del apartado crítico introductorio, elogiado por Virgilio Piñeira en las páginas de la revista Sur), Jarry supo entusiasmar hasta la demencial idolatría a un creciente (aunque nunca lo suficientemente numeroso) grupo de seguidores que festejó cada una de sus retorcidas provocaciones sin jamás amedrentarse.


Fassio, quien antes había militado fugazmente en el grupo madí, fue uno de sus acólitos (y de los más importantes). Primer argentino en ingresar al Colegio de Patafísica, luego fundador del Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires (siglado IAEPBA, la más antigua sociedad de su tipo fuera de Francia, a la cual Cortázar dedicó De otra máquina célibe, en su Vuelta al día en ochenta mundos), ensayó una definición que devino canónica, y por lo mismo tantas veces glosada: “A través de los textos en que se manifiesta, esta ciencia aparece como un modo de apreciación de los fenómenos naturales y humanos basado fundamentalmente en el análisis de la irracionalidad concreta de tales fenómeno y practicado a la luz del humor crítico y del azar. El razonamiento patafísico descubre que todo fenómeno es individual, defectuoso. El análisis de la patología fenoménica, es decir, de los síntomas no observados por la ciencia a causa de la adscripción inmediata del fenómeno a la generalidad, conduce en último término a la entronización de las leyes que rigen las excepciones y a una metodología de lo particular que podríamos llamar análisis infinito. Todo fenómeno, aun el más elemental, resulta patafísicamente inagotable y tolera una serie infinita de operaciones que, en sí, constituyen el fin mismo de esta ciencia.”

Repitámoslo: de todos modos, no es más que un intento de respuesta. Existen muchas más. A fin de cuentas, el Colegio de Patafísica se edificó en la acumulación de estas jaculatorias. Y es que en la inmediata posguerra, un buen número de fans (fans eruditos, debemos aclarar) comenzó a inquietarse ante el anuncio de las obras completas de Alfred Jarry. Es sabido que jamás consintieron en relegarlo a la literatura. Diversa y ferozmente, se propusieron desarrollar una ciencia a partir de sus escritos. Al principio, la noticia no pasó a mayores. Pero cuando se supo que no dejaban de sumarse más y más nombres célebres (Enrico Baj, Asger Jorn, Man Ray, René Clair, Michel Leiris, adosándose a los citados en los primeros párrafos de esta nota), sus movimientos ya no lograron pasar inadvertidos. La patafísica se volvió progresivamente una tarea contagiosa, epidémica. Igual que hoy.


A principios de esta década que comienza a concluir, el instituto patafísico más antiguo del planeta recibía un electroshock. Siendo el más antiguo, no le había resultado demasiado difícil transformarse también en el más longevo. A pesar de esto, y desde que dos de sus más renombrados fundadores (Fassio y Rodríguez) abandonaron el mundo físico en el primer lustro de los ochenta, la institución permanecía invisible. Activa, pero secreta. Un conciliábulo de artistas, agitadores, freaks y nerds de toda calaña.

Su epicentro seguía siendo Eva García (siempre acompañada de su lugarteniente Bosse-de-Nage, un cinocéfalo papión embalsamado que la acompañaba desde hacía casi medio siglo). Ajedrecista, matemática, pintora y eximia pianista, en ningún momento siquiera aminoró su extravagante prédica. En 1959, cuando junto a su amado Albano Rodríguez atravesaron el Atlántico en barco rumbo a París para la asunción del Baron Mollet –antiguo secretario de Apollinaire y legendario cleptómano– como Vicecurador del Colegio de Patafísica, un sueño acababa de entrar en hibernación (y por mucho tiempo): la concreción de unas jornadas universales en Buenos Aires.

Ni más ni menos: los eventos que ahora nos ocupan cierran (¿o abren?) un círculo de cincuenta años.

Vuelta a la visibilidad. Las razones resultan contundentes. Con el nuevo milenio se multiplicaron las novedades: luego de 25 años de ocultación colegial (entiéndase por ésta al cese de manifestaciones externas decretado por Opach, sucesor del Baron Mollet), la “vuelta a la visibilidad” ofrecía sus sorpresas: el novísimo Vicecurador, nominado el 6 de abril de 2000 (15 de Clinamen de 127 EP, según calendario patafísico), no es francés. Ni siquiera humano. Se trata de un cocodrilo conocido como Lutembi, miembro fundador del célebre Colegio. El mundo visto desde los ojos de un voraz reptil.

La nota completa acá.

martes, 22 de septiembre de 2009

'Patafísica Dossier (3)


Por María Arozamena para Clarín.

Rafael Cippolini y Carlos Grassa Toro, referentes claves de la actualidad ´Patafísica nos dan algunas pistas sobre la Ciencia de las excepciones y las soluciones imaginarias.

La entrevista empieza con Rafael Cippolini, también editor de la antología 'Patafísica. Epítomes, recetas, instrumentos y lecciones de aparato (Caja Negra, 2009) que se presentará el 23 de septiembre en el marco de las Jornadas.

¿Qué es la patafísica?

Como no se la puede definir, digamos cosas de las que un patafísico no podría sustraerse. Por un lado es un estudio exhaustivo de las condiciones de anormalidad de todo lo existente, incluso nosotros. Flaubert decía que si se mira mucho tiempo algo, enseguida aparece su rareza, y si se sigue mirando, se termina viendo el mundo.

Sería entonces un buen ejercicio para cualquier ser humano preguntarse: ¿Cómo se constituye mi anormalidad?

¿Esto tiene relación con lo monstruoso?

Sí, porque hay algunos modelos modernos que vinculan lo monstruoso con lo amenazante. Mientras que ni para la mitología, ni para las culturas antiguas era así. El monstruo podía ser generador de todo tipo de deseo. La mitología está repleta de los monstruos más sexys que puedan imaginarse. En nuestra cultura en cambio, el monstruo es Freddy Kruger, Frankenstein, Bin Laden. En definitiva ¿Qué constituye lo sexy? ¿Es un estamento social o es una condición de deseo excepcional? Podemos decir: Es el tipo más sexy del mundo y ser los únicos en creerlo. La construcción de otredad de la patafísica tiene que ver con ésto.

Las filosofías de causa final en el siglo XX están muy extendidas de exterminio y eso se da a partir de la construcción normalidad/ anormalidad y de estetización de la vida.


Si creés que hay ejemplares perfectos y ejemplares que no son perfectos, tenés un pensamiento peligroso por sus efectos y que está más extendido de lo que creemos. Incluso los estudios de tecnología de género, los estudios queer, implican cierta construcción de pauta que puede limitar la expansión de excepcionabilidad.

¿De alguna manera la patafísica desarma esa situación clasificatoria?

Sí, de una manera muy serena y amable.

Por otro lado, la patafísica también es una exploración profunda y exhaustiva de la inutilidad. Esto es complejo porque todos los saberes conspiran para que las cosas sean útiles. Eva García, mi maestra, decía que cuando uno verdaderamente comenzaba a explorar la inutilidad ya estaba obliterando cierta comodidad. Porque los sistemas de pensamiento nos vuelven muy cómodos, cierran sus sentidos muy rápido. Si pensamos en términos de inutilidad, ciertas incomodidades empiezan a atravesarnos. Pero son incomodidades amables. Por otro lado, la comodidad puede ser muy poco amable.


¿La 'Patafísica implica cierta rebeldía?

Irrumpe Carlos Grassa Toro: Ninguna rebeldía. Ni siquiera es interesante llevar la contraria. ¿Por qué llevar la contraria cuando simplemente basta con pensar en otra cosa?

¿Puede adelantarnos algo sobre la Conferencia y el taller que dará durante las Jornadas?

La Conferencia Popular no se tratará de 'Patafisica, por la sencilla razón de que no es un tema que pueda tratarse. Todo es 'Patafísica y usted no puede referirse a Todo con una parte de Todo. No quiero con esto desanimar a la candidata y al candidato a público del lunes 21; al contrario, animo a que se acuda en minoría para escuchar como la 'Patafísica sí puede decir acerca del resto, puede decir del universo pretendidamente real y del resto de universos complementarios que es capaz de crear nuestra conciencia pataphysica. Será Popular porque será el Pueblo quien decida su contenido. En última instancia se trata de reivindicar el latín del que procede conferencia: conferre: "llevar junto con".


En el Taller programado para el jueves 24, haremos Pataphysica a partir de una invitación para regar la vegetación hasta convertirla en semilla, en tierra, en deseo de vegetación, en la nada primordial. En vez de promover la producción acumulativa propia de estos eventos, el taller será un ejemplo, quizás un modelo, de eliminación.

viernes, 18 de septiembre de 2009

'Patafísica Dossier (2)


La ciencia más inútil está de regreso
Por Fernanda Nicolini.

La ‘Patafísica (sí, con apóstrofo) es tan pero tan seria que da mucha risa. Aunque, a decir verdad, es tan pero tan poco seria que desconcierta. El venerado precursor Alfred Jarry la definió, en su obra Gestos y opiniones del Doctor Faustroll, patafísico, como la ciencia de las soluciones imaginarias. Pero, ¿para qué sirve la patafísica? “¡Absolutamente para nada! Lo cual implica grandísimos esfuerzos ya que, invariablemente, sucumbimos a la tentación de adjudicarle alguna utilidad. Es más: se la podría definir como una exploración exhaustiva de la inutilidad, pública o privada, real o imaginaria”.

El que lo dice es Rafael Cippolini, máxima autoridad del resurgido Liaepba (Longevo Instituto de Altos Estudios ‘Patafísicos de Buenos Aires), quien ostenta el cargo de Admirable Nababo, es responsable de la compilación del exquisito libro ‘Patafísica (epítomes, recetas, instrumentos y lecciones de aparato) que se acaba de editar por Caja Negra y el agitador de las Jornadas ‘Patafísicas Universales en Buenos Aires que se desarrollan hasta el 24 de septiembre (se puede ver la programación en www.malba.org.ar).

¿No se entiende nada? Trataremos de explicar de qué se trata esta ciencia de las excepciones, que está más allá de la metafísica como la metafísica lo está de la física, que funciona como una máquina para explorar el mundo y que, en definitiva, es un gran juego de burla intelectual. Como alguna vez Boris Vian lo resumió en un entrevista radial: “Pensar en cosas que pienso que los demás no pensarán”.


El colegio de allá. París, 11 de mayo de 1948. Se funda el Colegio de ‘Patafísica como una parodia del prestigioso Collège de France. El andamiaje se monta sobre la obra de Jarry, ese autor genial, caótico, opiómano y alcohólico que se reunía con poetas simbolistas y deambulaba por París con dos armas descargadas; que creó al polimorfo Ubu inspirado en un profesor de física del Liceo y que luego de su muerte en 1901, a los 34 años, sería tomado como precursor del surrealismo, el dadaísmo y el absurdo.

Pero, por sobre todo, Jarry funcionaría como piedra fundamental del Colegio ‘Patafísico: el 8 de septiembre de 1873 –día de su nacimiento– se convierte en punto de partida del calendario patafísico (que tiene trece meses con nombres como Ha-Ha, Descerebramiento, Pedal y Mierdra) y su personaje Faustroll es nombrado máxima autoridad. Además, la saga de Ubu sería excusa de digresión, como lo serían las cátedras de ciencias inútiles que llevan por nombre, por ejemplo, Patafísica aplicada. Blablabla y Meteología o Pedología y Adelfismo.

Imán irresistible para quienes quisieran integrar alguna vanguardia de posguerra, el Colegio tuvo (o tiene) entre sus miembros a Raymond Queneau, Eugène Ionesco, Jacques Prévert, Joan Miró, Man Ray, Duchamp, Max Ernst, Ergé (el perro de Prévert), Umberto Eco y Dario Fo, entre otros, quienes accedieron a los cargos de sátrapas, proveedores o regentes.


París, 17 de diciembre de 1973. El tercer vicecurador del Colegio, su magnificencia Opach, decide el ocultamiento de la institución hasta el año 2000 (nunca se supo de qué calendario; finalmente y para alegría de muchos, se eligió el vulgar, si no habría que haber esperado 1.500 años más). Según la teoría de Cippolini: “Opach seguramente experimentó la fatiga de la sobreexposición y decidió un cuarto de siglo sin agitaciones inútiles”.

La patafísica no es sólo francesa. Buenos Aires, 6 de abril de 1957. Juan Esteban Fassio, Jesús Borrego Gil, Álbano Rodríguez y su mujer, Eva García, se reúnen en una típica casa chorizo porteña con el propósito de crear el primer instituto patafísico fuera de Francia. Vinculados con el grupo surrealista de Aldo Pellegrini, el entusiasmo se les había despertado cuando uno de ellos leyó sobre el colegio de patafísica en una revista francesa y pidió permiso a la casa central para abrir una sucursal. Al poco tiempo, empezaban a colaborar con Viridis Candela, la revista del Colegio, y llamaban la atención de muchos de los intelectuales de moda: desde Oliverio Girondo hasta Witold Gombrowicz. Incluso Julio Cortázar se encandilaría con la patafisica al enterarse de que Fassio estaba armando una máquina para leer Rayuela (la invención de máquinas imaginarias es otro punto fuerte de esta ciencia de las ciencias).


Pero, a decir verdad, todo (re)comienza con Eva: el instituto porteño, tan fructífero en delirios y que siguió vivo durante el exilio de varios de sus miembros, se fue apagando al tiempo que sus fundadores mueren y a mediados de los ochenta entró en letargo. Eva “Mentora” García –pintora, ajedrecista, poeta y pianista– se quedó con su gran biblioteca y su saber patafísico ocultos –como en ese entonces lo estaba la ‘Patafísica– en un monoambiente del Bajo porteño. Hasta que por una casualidad (familiar), Cippolini la descubre. A partir de ahí empieza el desletargamiento del instituto patafísico más longevo del mundo, que volvería a la visibilidad en 2002 con un acto en una terraza bajo el mantra de Eva Mentora: “Sean felices y no piensen, el pensamiento es una Mierdra”.

Palabras del Admirable Nababo del Longevo Instituto

Habla el Admirable Nababo del Longevo Insitituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires (Liaepba), Rafael Cippolini:

–¿La patafísica cobra nuevo impulso?

–Quizás una nueva visibilidad. Es como si todo el resto del mundo se hubiera puesto anteojos de repente. Siempre estuvimos donde estamos, a veces entregados a extensas siestas (toda otra ciencia).


–¿Quiénes son los referentes locales más patafísicos?

-¡Hay tantos y tan ejemplares! Si no fíjese en Max Cachimba, en Alan Courtis, en Francisco Garamona, en Damián Tabarovsky, en los Faulduos (un hallazgo en plural), en Mario Gemín, en Fabio Kacero, en Mariana Chaud, en Luisa Valenzuela, en Delius y, por sobre todo, en sabios como Pablo Vladimir Andralis e Ignacio Virgilio Vázquez Le Monstre, vivos monumentos a la Ciencia del Doctor Faustroll.

–¿Cuál es la situación del Instituto Patafísico de Buenos Aires?

–Pronto festejará sus primeros 19.141 días, el Liaepba atraviesa uno de sus más activos períodos. Como siempre, es un instituto ortodoxamente patafísico y autártico. Para contactarse con sus miembros no hay más que escribir a ububa137ep@gmail.com. Tan simple como eso.

Publicado ayer en el Diario Crítica.
Fotos de Delius (Eva Mentora, Patanteojitus), Fabio Kacero (Calendario de mano) y Archivo Liaepba.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

'Patafísica Dossier (1)


El movimiento patafísico es uno de los más disparatados del siglo XX: no tiene otro propósito que la contemplación de la rareza profunda que cotidianamente organiza al mundo. Nucleó a algunos de los artistas franceses más desfachatados (Boris Vian, Duchamp, Man Ray, Miró, Max Ernst, Eugène Ionesco, entre otros). Se expandió por el mundo, conquistó una forma de pensamiento y –como tantos hábitos franceses– echó poderosas raíces en Buenos Aires. Cuando languidecía irremediablemente, Rafael Cippolini conoció a la viuda de uno de los fundadores del Instituto Patafísico porteño y resucitó el movimiento en Argentina. Hoy, no sólo cuenta con nuevos miembros sino que finalmente celebran unas jornadas planeadas hace más de cincuenta años. Y lo hacen con la edición de un libro impecable.

Por Juan Pablo Bertazza

El chiste que pone en jaque las supuestas grandes verdades deja de ser un chiste. Dispuesta a reírse y, al mismo tiempo, exponer las múltiples grietas de la realidad y los extraños fenómenos de todos los días, la patafísica trasciende los límites del gag. En su Gestos y opiniones del doctor Faustroll, patafísico, Alfred Jarry –padre de este movimiento– lo definió de manera casi clara: “la patafísica es la ciencia de las soluciones imaginarias, la ciencia actual se basa en el principio de la inducción: la mayoría de los hombres vieron que tal fenómeno precedía a otro y de ello infieren que siempre será igual. En vez de enunciar la caída de los cuerpos hacia un centro, ¿por qué no se prefiere la del ascenso del vacío hacia una periferia?”.


Ciencia de las ciencias (en tanto es a la metafísica lo que la metafísica es a la física), filosofía alternativa, forma de vida, nació el 11 de mayo de 1948 con la fundación del Colegio de Patafísica como contrapunto irónico al prestigioso Collège de France. Entre sus socios ilustres se contaron nombres como Boris Vian, Raymond Queneau, Jacques Prevert, Max Ernst, Eugène Ionesco (quien editó La cantante calva primero en sus publicaciones), Joan Miró, Marcel Duchamp, Groucho Marx, Man Ray y René Clair. Claro que su misma creación también es patafísica: aunque el Colegio fue inspirado por la vida y obra de Alfred Jarry y se creó después de su muerte, puede incluso decirse que también existía antes de él. “Cuando Jarry estudiaba en el Liceo de Rennes, los chicos más grandes se burlaban de Hébert, un profesor de física gordo y grandote, al que le decían que era profesor de patafísica porque no se le entendía nada. Ellos escribieron una obra de teatro paródica sobre él y Jarry toma eso para hacer su Ubú Rey. Los chicos no sólo no se enojaron por la apropiación de la idea sino que no podían entender cómo un tipo tan inteligente se animaba a dar a conocer semejante estupidez. En su momento, un periodista lo descubrió y se armó todo un quilombo en torno de la autoría. Esa obra es tan genial como despareja, pero sobre todo contemporánea y punk”, explica Rafael Cippolini, cabeza del Instituto Patafísico Argentino que acaba de compilar un excelente libro sobre el universo patafísico llamado Epítomes, recetas, instrumentos & lecciones de aparato (Caja negra). Además, organiza las Jornadas patafísicas universales en UBuenos Aires, que comenzaron el jueves pasado y se extenderán hasta el jueves 24 de septiembre en el Malba y la Alianza Francesa con la presencia estelar de Thieri Foulc (un patafísico de alto cargo) y Carlos Grassa Toro (fundador del Instituto Patafísico de España).


PATA ENTENDER LA PATAFISICA

Así como tiene su propia mirada sobre el mundo, la patafísica tiene su propio lenguaje –plagado de palabras esdrújulas y neologismos–, su revista oficial, llamada Viridis Candela, con tirada más que limitada (que cada 28 números, 10 años aproximadamente, va mutando su formato); un calendario (a diferencia de lo que ellos llaman el calendario vulgar, éste se contabiliza a partir del nacimiento de Alfred Jarry, el 8 de septiembre de 1873, con meses que remiten a la simbología de su obra: Ha Ha, Descerebramiento, Pedal, Palotin, Mierdra, Espanziral, Falo, entre otros) y hasta ciertos códigos como, por ejemplo, que el único Colegio es el de Francia y los demás (en Inglaterra, China y España, por ejemplo), son institutos.

Aunque no tiene otra razón de existir que existir, y sus relaciones de poder no ejercen ningún poder, el Colegio también mantiene su propia estructura jerárquica: desde el inamovible Faustroll (cargo bautizado en honor al personaje de Jarry) y la autoridad máxima del vicecurador hasta sus tres poderes: el cuerpo de sátrapas (que tuvo como miembros a Duchamp, Boris Vian y su perro, el único sátrapa canino), los proveedores (quienes administran los bienes reales e imaginarios del colegio) y los regentes (que investigan asuntos delirantes que alimentan el corpus del Colegio).

Hasta ahora, el Colegio ha tenido sólo cuatro autoridades máximas; cada una marcó su época y la reflejó. El primer vicecurador fue el Doctor Sandomir, contemporáneo de Jarry y muerto en 1957, quien ante un pedido de aval enviado desde Buenos Aires, respondió poco antes de morir: “¿Hay que desear que la Patafísica exista en Buenos Aires? Ya existía aquí como en todas partes antes que nosotros existiéramos y no necesita de ninguno de nosotros, pues no está obligada a existir para existir”. Eso, que parece una negación, terminó siendo el visto bueno para la creación del Instituto Patafísico de Buenos Aires.


El segundo vicecurador fue el Barón Mollet, secretario de Apollinaire que asume en 1959 (“en realidad no era barón sino cleptómano: Apollinaire y Picasso estuvieron presos porque una vez la policía allanó el estudio de Apollinaire y ahí encontraron estatuillas del Louvre”, cuenta Cippolini).

A mediados de los ’60 asumió Opach. Su período combina la extrañeza patafísica con la efervescencia de la psicodelia: “Fue una época muy potente, hubo mucha relación con los beatniks, muchos estudios sobre Dick, incluso Los Beatles llegan a la patafísica por Barry Miles, un miembro del Instituto patafísico inglés, socio de quien, en ese momento, era cuñado de Paul y dueño de la galería Indica, donde Lennon conoce a Yoko Ono”, explica Cippolini.

Todo se interrumpe cuando, entrados los ’60, la patafísica pasa a la clandestinidad: Opach se cansa y decide que el Colegio se oculte y evite cualquier tipo de manifestación externa hasta el año 2000. Como máxima autoridad, nadie podía cuestionar su decisión, pero el problema era que no quedaba claro si se trataba del año 2000 del calendario vulgar o del patafísico, una duda que implicaba nada menos que 1700 años de diferencia. Finalmente, Opach aclara que el ocultamiento sucedería hasta el 2000 vulgar. Como si todo esto fuera poco, surge otro conflicto: en el año 1993 muere Opach y el Colegio decide mantener en reserva la decisión sobre el nombramiento del nuevo vicecurador, otra vez, hasta el año 2000. Precisamente el 6 de abril de ese año llegan grandes novedades desde Francia: por primera vez el vicecurador no es francés sino africano; por primera vez no es humano sino un cocodrilo: con ustedes, Su Magnificencia Lutembi, residente en un islote del gran lago Victoria Nyanza. Thieri Foulc, uno de los invitados de lujo a las Jornadas es, precisamente, el encargado de expresar la voluntad del gran cocodrilo.

Sigue acá.

Publicada en el Suplemento Radar de Página 12.
Primera foto de Xavier Martín / Segunda y Cuarta de Fabio Kacero / Tercera de Delius

domingo, 6 de septiembre de 2009

Divinos epifenómenos: 'Patafísica del Siglo XXI

'Patafísica Dossier cero (primer disparo).

"Nada hay más patafísico que la actualidad" Dijo en la entrevista el escritor y curador. Nababo del Longevo Instituto de Altos Estudios Patafisicos de Buenos Aires.

Por Marcelo Pisarro
Para Ñ


Heredero de patafísicos pioneros, como Eva García, Juan Esteban Fassio, Albano Rodríguez y Jesús Borrego Gil, el escritor y curador Rafael Cippolini es Nababo del Longevo Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires. Editó y anotó la antología Patafísica. Epítomes, recetas, instrumentos y lecciones de aparato (Caja Negra, 2009), y organiza las Jornadas Patafísicas Universales que se celebrarán en Buenos Aires entre el 10 y el 24 de setiembre (con charlas de Thieri Foulc y Carlos Grassa Toro, entre otros). "Las jornadas universales –se anuncia– son otro capítulo de una extensa e imparable aventura".

-¿Se puede hablar de una patafísica viva, actual, más allá de retrospectivas o remedos de vanguardia de otro siglo?
-La pregunta es una preciosa trampa: ¿puede existir algo más actual que el Colegio de 'Patafísica cuando no conocemos nada más patafísico que la actualidad? Fassio nos enseñó que "leer los diarios es un deber patafísico". Leo en el sitio de la BBC: 1) El Parque de Thorpe, del condado de Surrey (Inglaterra), prohibió levantar los brazos a los usuarios de la montaña rusa por temor a los olores; 2) En un viaje de la compañía Egypt Air procedente de Abu Dabi los viajantes descubrieron que uno de los pasajeros era un cocodrilo bebé; 3) En Suecia cinco mujeres violan a un desprevenido ciclista de 50 años en medio de la ruta. Las vanguardias sólo tienen un interés histórico porque hace mucho que el mundo las digirió por completo.

-¿Coincide en que, en general, para hablar de patafísica se emplea un "lenguaje patafísico"? Y por ende, como si de una broma se tratara, si no se pesca el lenguaje, no se pesca su gracia.

-Amamos el lenguaje con el que nos comunicamos tanto como médicos, futbolistas, astrónomos, mecánicos dentales, criptozoólogos, genetistas, golfistas y periodistas culturales aman sus terminologías y estilos. Por otra parte, las escasas bromas que conozco de golfistas y mecánicos dentales no me resultan demasiado divertidas. Bueno, puede que a veces sí. Pero sin duda sigo prefiriendo a la 'Patafísica. Al fin de cuentas, Jean-Hughes Sainmont nos enseñó que ésta nada tiene que ver ni con el humor ni con las iniciaciones.


-Richard Rorty, hablando sobre Jacques Derrida, observó que el problema no son sus juegos de palabras (que son divertidos) o sus palabras mágicas (que son potentes), sino "que el tono de urgencia que las rodea está fuera de lugar". La patafísica no parece rodeada de este tono de urgencia. ¿Esto la diferencia de movimientos análogos, como el surrealismo?

-En varias oportunidades Tomás Maldonado se refirió a Derrida como a un escritor cómico. No sé si estoy de acuerdo en esto, pero sí en la imputación de la falta de urgencia. Sin ir más lejos, a quienes lucen una jerarquía patafísica tan alta como los Proveedores se les denomina serenísimos. El Trascendente Sátrapa Jean Baudrillard lo sabía cuando declaró que "la 'Patafísica es la más alta tentación del espíritu". Pero no entiendo la analogía con el surrealismo. Los surrealistas buscaban transformar el mundo. Un patafísico jamás se ocuparía de algo así. Por otra parte, es fácil describir al surrealismo como una estética. Inútil decir lo mismo de la 'Patafísica. De hecho está más acá y más allá. Y en cualquier otro sitio.

-Casi todos los movimientos de vanguardia del siglo XX podrían adscribirse a algún tipo de programa político más o menos institucionalizado. ¿Cuál sería –de haberlo– el de la patafísica?

-El Colegio de 'Patafísica jamás fue un movimiento de vanguardia y mucho menos se propuso conquistar el mundo. Ni ningún otro planeta. Simplemente porque el mundo y todos los planetas que conocemos (y los que no) son patafísicos por definición. Es más, la misma noción de política es subsidiaria de la de 'Patafísica. ¿O acaso los políticos no proponen sólo soluciones imaginarias?


-Usted escribió: "La 'Patafísica ya existía en la era de las cavernas". ¿Por qué?

-No conozco ningún argumento serio que pruebe lo contrario. Digamos que conocemos dos posiciones. Una insiste en que un epifenómeno sólo existe cuando alguien lo descubre. Otra propone que existe siempre y de todas maneras aunque no nos demos por enterados. Los patafísicos adscribimos a esta segunda opción. Jarry se limitó a manifestar aquello que era por demás evidente: la 'Patafísica estuvo ahí cuando el hombre se rascó por primera vez la cabeza. Lástima que no nos acordemos. ¿O sí?

-André Breton observó que el acto surrealista definitivo era bajar a la calle, revólver en mano, y disparar al azar a la multitud. ¿Cuál sería el acto patafísico definitivo?

-En lo único en que se parecen la 'Patafísica y el surrealismo es en que nada tienen que ver entre sí, aunque algunos patafísicos históricos hayan pasado por el surrealismo. Es cierto que Breton tomó prestada de Jarry la idea de contemporanizar mediante un revólver (es por demás célebre la alianza de Jarry con su revólver), pero eso tampoco lo vuelve patafísico ni mucho menos. No se trata de ser tan drásticos. A modo personal prefiero (infinitamente) la última voluntad del autor de Ubú rey: pedir un escarbadientes en el lecho de muerte. La civilidad resulta invariablemente más cariñosa y reposada.

lunes, 31 de agosto de 2009

¡'Patafísica!


Todo lo que ustedes querían saber sobre 'Patafísica en ¡tres cursos imperdibles!

Jueves 10 de setiembre a las 10:00 hs
Taller de ‘Patafísica Especulativa en 4.280 segundos
Accidentes extraordinarios. Animado por Rafael Cippolini

Descripta por Lacan como « trivialidad refinada de lapsus », la práctica patafísica reinventa ininterrumpidamente la excepcionabilidad, descubriéndola y señalándola en todas partes. Cómo hacer de una catástrofe, algo más que una obra de arte.

Actividades en el CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA EN BUENOS AIRES
Florida 943. Capital. Tel. 4312.3214 | info@cceba.org.ar


Viernes 18 de septiembre
19:00. Curso Superior de ´Patafísica en 4.290 segundos.
Sex Appeal de las Soluciones Imaginarias.
Por Rafael Cippolini.
Biblioteca del Malba.

Lección introductoria a la ciencia famosa gracias a Alfred Jarry, a cargo de Rafael Cippolini, conductor del Longevo Instituto de Altos Estudios Patafísicos de Buenos Aires (Liaepba).

Actividades en MALBA. Av. Figueroa Alcorta 3415. 4808 6560/45 | literatura@malba.org.ar


Jueves 24 de setiembre a las 10:00
Taller de ‘Patafísica aplicada
Pensar en cosas que pienso que los demás no pensarán
Impulsado por Carlos Grassa Toro

A partir la frase de Boris Vian pronunciada el 25 de mayo de 1959 en France 3 (que más exactamente es de Victor Boucher, uno de sus personajes), el Regente del Colegio de ‘Patafísica revelará precisiones formales del hacer patafísico.

Actividades en el CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA EN BUENOS AIRES
Florida 943. Capital. Tel. 4312.3214 | info@cceba.org.ar

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